viernes, 31 de agosto de 2007

Supercopa de Europa: El espíritu Puerta no fue suficiente (1-3)



El espíritu Puerta no fue suficiente para que el Sevilla sumara su sexto título. Los andaluces sucumbieron ante un coleccionista de títulos como el Milan, que aprovechó su frescura física para remontar el gol inicial del brasileño Renato. Eso sí, Antonio Puerta siempre estuvo presente y los dos equipos le tributaron un gran espectáculo con preciosos detalles hacia el difunto futbolista.

Renato, que le ha pillado el truco a eso de marcar en las supercopas, abrió el marcador a favor de los andaluces. El brasileño fue el más listo en el saque de un corner y aprovechó la inoperancia del Milan en los balones aéreos para rematar, libre de marca, en el segundo palo y enviar el balón a la red. Como no podía ser de otra manera, ese gol estuvo dedicado para Antonio Puerta, al que enterraron hace apenas 48 horas.

El Milan intentó reaccionar a base de buen fútbol, pero Kaká no aparecía y Seedorf estaba muy bien controlado por un incombustible Martí. Ni siquiera Gennaro Gattuso conseguía realizar su trabajo habitual. Rino vio una cartulina amarilla a los seis minutos y eso le marcó durante el resto del partido.

Como no se podía superar con fútbol de toque a la defensa sevillista, en la que se encontraba un impecable Poulsen, el Milan cambió el guión de sus partidos y pasó de un juego horizontal a uno vertical.

El juego directo comenzó a dar frutos a los rossoneri, que acorralaron en el área a los andaluces. Sin embargo, el Sevilla sacó fuerzas de flaqueza y se marchó con ventaja en el marcador. El único susto fue el que dio Inzaghi al enviar el balón a la red, pero la jugada estaba invalidada correctamente por fuera de juego.

Marea rossonera

En la segunda mitad, el Milan incrementó más todavía su asedio hacia el marco rival. Los rossoneri, aprovechando su gran juego por las bandas fueron lanzando centros peligrosos que pusieron contra las cuerdas a la zaga andaluza.

En una de esas llegó el empate para los italianos. Gattuso ganó la línea de fondo, zona por la que no suele aparecer demasiado, para enviar un milimetrado pase a la cabeza del persistente Filippo Inzaghi, que no tuvo más que empujar el balón a la red.

El Sevilla había aguantado bien en la primera mitad, pero con el paso de los minutos lo sucedido en los últimos días comenzó a pasarle factura. No hay que olvidar que por la muerte de Puerta los sevillistas no han podido entrenar correctamente desde hace varios días.

Todavía tendrían que empeorar más las cosas para los sevillistas. Pocos minutos después el delineante Pirlo apareció para sacarse un pase mágico de la chistera. El destinatario fue Jankulovski, el hombre de los goles oportunos, que engrandeció todavía más el pase de Pirlo con una excelente volea con la izquierda.

Este gol dejó tocado al Sevilla, sin embargo los andaluces se repusieron anímicamente y buscaron el marco rival con insistencia, aunque con escasa fortuna. Nesta y Kaladze tenían bien controlada la situación y ni un inspirado Kanouté logró batir a Dida.

Las esperanzas murieron cuando Kaká forzó un penalti en una de sus pocas intervenciones del partido y él mismo se encargó de transformarlo para anotar el definitivo 1-3. El brasileño no había aparecido en todo el partido, pero contactar con el balón durante tres segundos le bastó para sentenciar el encuentro.

En los últimos minutos, el Sevilla volvió a la carga pese a que una remontada sería poco más que un milagro, pero la suerte volvió a serle esquiva. Maresca fue quien tuvo la mejor ocasión para batir a Dida, pero su disparo se estrelló contra la madera

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