
La expresión de Steve McLaren al terminar el encuentro lo decía todo. Su Inglaterra acababa de pasar con suficiencia un escollo dificilísimo como Israel, en condiciones adversas y con la espada de Damocles balanceándose sobre su cabeza. Fue 3-0 y pudo haber caído alguno más si la mira hubiese estado algo más afinada o si los últimos 25 minutos no se hubiesen jugado a medio gas, reservando energías para lo que se viene.
Con este resultado y aguardando lo que haga Croacia en casa frente a Estonia, los 'pross' igualan la marcha de sus rivales de este sábado y de los croatas con 17 puntos, uno solo por debajo de Rusia, a la que enfrentará el miércoles en Wembley en un partidazo en el que los ingleses vuelven a jugarse el ser o no ser en la Euro 2008.
Calma tensa
Inglaterra comenzó llevando el ritmo del partido pero con las piernas algo contenidas todavía por la magnitud de lo que se jugaba. Recién a los 9 minutos pudo tener su primera acción de risgo sobre el marco de defendía Dudú Aouate. Gareth Barry buscó con un gran pase a Michael Owen dentro del área, que aguantó la embestida del central Gershon y esperó hasta encontrar a Heskey libre. El remate frontal del delantero se perdió en el techo de Wembley.
Pese a tener el dominio territorial del encuentro, al equipo de Steve McLaren le costaba encontrar fluidez de mitad de campo hacia arriba y su peligrosidad se basaba en alguna pelota quieta, como la que casi aprovecha otra vez Heskey, cuyo cabezazo de pique al suelo se fue demasiado ancho.
Aunque Israel había dispuesto un equipo para aguantar el empate, resultado que le fascinaba, su consistencia defensiva no parecía granítica. Empezaba a tener problemas con los pelotazos templados entre los dos cenrales para el pivoteo del delantero del Wigan, muy activo aunque no siempre preciso, y las pocas llegadas inglesas se debían más a fallos de los locales que a exigencias de los visitantes.
Gol y relajación
Hasta que en el minuto 20, llegó el quiebre. Los Cole triangularon sobre la izquierda y el centro de Joe fue a parar a la bota derecha de Shaun WrighPhillips, que entraba perfectamente habilitado por las espaldas de una defensa que había basculado mal. El remate a bocajarro del extremo 'blue' dejó sin reacción a Aouate y alivió a Wembley.
A partir de allí, hubo 10 minutos en los que los 'Three Lions' soltaron tensión y se retrasaron instintivamente en el campo, pero Israel, armado para destruir más no para crear, no llevó peligro al área de Paul Robinson ni siquiera con un par de pelotas detenidas que podrían haber aprovechado mejor.
De a poco, Inglaterra volvió a hacerse dueño de los espacios gracias a un gran trabajo de Gareth Barry y del mediocampo en general. Pudo haber aumentado la ventaja, pero Michael Owen, contra todo pronóstico, falló por dos veces solo frente al portero del Racing de Santander. En la primera estrelló la pelota en la cara del guardameta y el rebote lo envió por encima del larguero.
La revancha de Owen
Apenas comenzado el segundo tiempo, el 'Golden Boy' tuvo revancha y ¡de qué manera! Otra vez funcionó la conexión con Barry pero esta vez hubo final feliz. Pase milimétrico a la puerta del área del 'villan' y el delantero que se da media vuelta y clava el balón en la escuadra de Aouate. Golazo de un killer excepcional, que suma ya 38 goles con la camiseta de su país.
Con el 2-0, los de McLaren se dedicaron a manejar el partido con el cuero en su poder ante un rival que sabía perfectamente que estaba sentenciado aunque desde el banquillo se intentara un efecto revulsivo con el ingreso de Omer Golan. Barry y Gerrard siguieron dominando la medular y tanto Ashley Cole como Micah Richards no cejaron en recorrer la banda hasta posiciones ofensivas.
Justamente el lateral del Manchester City, 19 años, infatigable en el ida y vuelta, algo caótico también, tuvo su premio al cabecear a la red un córner desde la derecha en el que Aouate se chocó solo contra Owen y dejó a quien fuera el defensa más joven en debutar en la absoluta inglesa con la portería a disposición para reflejar en el marcador las diferencias reales que existieron entre uno y otro.
Los 24 minutos restantes transcurrieron sin novedades en el frente, con Israel absolutamente derrotado, sin poder acercarse siquiera al peligroso Robinson, e Inglaterra guardando fuerzas para el decisivo choque del miércoles frente a Rusia, que este sábado también ganó y se pone líder del Grupo E, a la espera de lo que haga Croacia más tarde.
Lo único rescatable fue una nueva incursión en el área de Michael Owen, cuyo remate estuvo a metro y medio de convertirse en el cuarto, pero Yoav Ziv salvó tirando el balón al córner.
Importantísima victoria de Inglaterra, por lo que significaba el triunfo en sí ante tantas dificultades previas estando en una situación apremiante, y por la claridad con la que se consiguió.
INGLATERRA: Paul Robinson, Micah Richards, John Terry, Rio Ferdinand, Ashley Cole, Shaun Wright-Phillips (83' David Bentley), Steven Gerrard (71' Philip Neville), Gareth Barry, Joe Cole, Michael Owen, Emile Heskey (71' Andrew Johnson).
ISRAEL: Dudu Aouate, Yuval Spungin, Tal Ben-Haim, Shimon Gershon, Yoav Ziv, Yossi Benayoun, Walid Badir, Arik Benado (58' Omer Golan), Idan Tal, Yaniv Katan (73' Michael Zandberg), Barach Itzhaki (46' Toto Tamuz).
Goles: 1-0 m.20: Wright-Phillips, 2-0 m.49: Owen, 3-0 m.66: Richards.
Árbitro: Pieter Vink (Holanda)
Estadio: Wembley, Londres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario